Allí, donde la calma noche muere
abrazada en la luz de la
alborada,
donde deja a las penas que
liberen
el agobio y se sientan recobradas.
Allí, donde mi día en sol
ardiere
tal vez haya una dicha enraizada
y en su solaz de luz ella
tejiere
para el ser un sentir de hebras
doradas.
Allí otra vez la lágrima fue
llanto
dejando atrás los ecos de su canto
escondido y oculto en la
distancia.
Mas sintiendo en el aire su
fragancia
y en la mente el recuerdo de su
encanto
reaparece la luz en
consonancia.
Publicado en mi libro "De poemas y de cantares". 2012
No hay comentarios.:
Publicar un comentario