A los cielos que tienes prometidos
quiero llegar sin más dificultades
que al andar por mi senda de caído.
Te imploro que conmigo no Te enfades
y ante tantas caídas sea ungido
en perdón y a la gloria me traslades
compensando con mucho lo sufrido
en latidos de tantas soledades.
Que si bien yo por cierto me he olvidado
Tu sufrir en la cruz y en el calvario,
fui a inclinar mi
frente en el sagrario
y aún sin el valor de lo llorado
estoy seguro de que me ha salvado
una gota de sangre en Tu sudario.
Publicado en mi libro "De poemas y de cantares". 2012
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