No me llenan tus títulos y
honores,
me llenan tu hombría y tu
entereza.
No interesan alcurnias ni
laureles
me alcanza tu bondad y tu
ternura.
Ni aun, aunque valoro,
glorias reales
han saciado mi ser lleno de
tu alma.
Pues debo decir que todo lo
que añoro
fue tu acabado sentido de ser
padre.
Eso es lo que atesoro y
guardo,
lo demás… vanidad de
vanidades.
Publicado en mi libro "De poemas y de cantares". 2012
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