Todo deslumbra en su esencia de niña,
esa casi infantil y bella esencia
de madura mujer que en sí silencia
toda malicia que muere en su viña.
Y en sus frutas sabrosas la candencia
del fuego de su amor que allí se aliña
y desde allí conmigo se encariña
encontrando en mi ser esa confluencia.
Y es esa unión de ser niña y ser mujer
lo que la hace especial y ser amada
con la fuerza vital que así… callada
pero con toda la entrega de mi ser
que tiembla al sentir en sí todo el placer
de esa entrega total y confortada.
Publicado en mi libro "De poemas y de cantares". 2012
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